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Parte 3: Diario sobre un viaje en Interrail. Praga – Múnich

Praga:

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Después de abandonar Alemania y llegar a la estación de Praga, podemos decir que todo fue un poco caótico, bueno un poco no, fue extremadamente caótico, el recepcionista no hablaba ni ingles, era de noche y parecía que a poca gente le apetecía ayudar y encima teníamos que cambiar de moneda para salir de aquella estación tan extraña rodeada de yonkis.

Pero lo bueno llego cuando fuimos a el hostal ya de noche, para empezar nuestro hostal estaba en un barrio de dudosa seguridad por como se veían las fachadas, cuando por fin encontramos el hostal, lo único que veíamos era un túnel totalmente oscuro medio en ruinas, después de un rato riéndonos sobre la situación ya decidimos entrar con la luz de el móvil, por mitad del túnel la luz se encendió por arte de magia, y tras cruzar el túnel, por fin nos encontrábamos en un patio interior del edificio, fachadas agrietadas y miradas desde la ventana. En ese lugar estaba la puerta de nuestro hostel, llamamos y nos abrió un anciano con una fuerte respiración que no habla ingles, para digerir esta historia de confusión fuimos a dar una vuelta nocturna por Praga.

Tengo que decir que nos decidimos por este hostal porque era muy barato, y que básicamente en los comentarios la gente ponía que daban Vodka gratis.

Al día siguiente tocaba madrugar un poco, para ir a un Free tour de estos que se hacen y tienes que dar la voluntad, el guía no era malo, nos explico la historia de muchos edificios emblemáticos, vimos en acción el reloj astronómico de Praga, pasamos por el barrio judío con sus golems, la casa y estatua de Kafka y mas puntos emblemáticos de la Praga comunista. Después de esa mañana tan ajetreada, fuimos a comer con dos chicas de nuestra edad y un hombre de unos 40 años super simpático, en un restaurante por 5 euros comimos unos platos buenísimos de carne y una jarra de cerveza, las chicas estaban también haciendo un interrail y el hombre estaba solo, había visitado muchos sitios viajando con una ONG.

Después de despedirnos tocaba ese momento tan bonito de ir a el hostal a lavar la ropa, preguntamos donde podíamos lavar la ropa y nos indicaron una lavandería…Mentira! Aquello era un bar, un bar con una lavadora nada mas y mientras esperábamos a lo tonto bebiendo cerveza, salimos de aquel lugar con la ropa limpia y con una borrachera tonta encima, y para rematar nada mas llegar a el hostal, el recepcionista nos forzó a beber varios chupitos de vodka.
Intentamos salir a la noche pero fue un fracaso absoluto, primero fue un bar con varias plantas y distintos tipos de música que no convencía, después una discoteca prácticamente vacía, no nos quedo mas remedio que irnos a dormir.

El día siguiente básicamente fue visitar la ciudad todo el día, relajarse bebiendo cervecitas que son muy baratas, por supuesto nunca hay que olvidar la siesta después de la comida en el parque, básicamente ese fue nuestro día hasta la noche. Hector había quedado con una mujer y su novio que eran de Praga para cenar, en la cena nos sacaron una miscelánea de productos de allí, e impresiona a que ritmo beben cerveza los checos, les va la vida en ello pero nosotros no queríamos quedar mal y seguimos aquel ritmo todo lo bien que pudimos una jarra tras jarra, al final nos invitaron a la cena.

Esa noche salimos con la pareja, así que era improbable que fuera un fracaso, nos llevaron a una discoteca donde va mucha gente de la ciudad, después de rompernos un rato bailando, salimos y nos despedimos de la pareja, nos regalaron una botella de Becherovka, una especie de vodka pero con canela. Ya solos de nuevo en esa loca ciudad hicimos amistad con un grupo de Zaragoza, nos llevaron a un bar donde ya pasamos la noche hasta el amanecer con los maños, unos italianos y unas eslovacas, la botella de Becherovka se vacío.

Resacoso amanecer, pero era nuestro ultimo día en la ciudad así que ya solo nos faltaba por visitar la zona de el castillo y así lo hicimos. Una agradable sorpresa todo lo que te ofrece, como las vistas de toda la ciudad, la fuente de los meones o la calle estrecha con un semáforo… pasando por el puente de carlos en una pequeña islita vimos un ambiente de festival tremendo, ya cuando entramos en la isla nos dimos cuenta que lo que pasaba era que justo ese día comenzaba el día de el orgullo gay en Praga, y se habían montado un buen festival así que para terminar la tarde esperando al tren decidimos ver los conciertos y mas cosas que había.

Ya nos podíamos despedir de Praga, mientras se hacia de noche y coger nuestro tren para dormir sentado de camino a Viena.

 

Viena

El viaje de Praga a Viena teníamos la intención de hacerlo durmiendo, ya que son 6 horas, pero en eso se quedo, en intenciones ya que estábamos encerrados en habitaciones de 6 personas, pequeñas, a presión y sentados, así que dormir lo justo.

Como eran las 7 de la mañana cuando por fin pisamos Viena y a el hostal aun no podíamos entrar, lo que hicimos fue dormir a lo indigente en un parque que no había nadie… para después despertarnos rodeados de niños. Ya pudimos ver nuestra habitación, la primera habitación que no teníamos que compartir con nadie, así que una vez comidos con atún a palo seco, tocaba visitar la ciudad, una vuelta por sus jardines, ir a la oficina de turismo y terminar tomando una cerveza en otra playa artificial a la orilla de el rió Danubio, me encantaba toda esta zona de la orilla porque estaba llena de graffitis y era como muy decadente, me recordaba mogollón a esas películas de los 80 callejeras de New York con punkis y mas cosas típicas.

En la habitación, enfrente a la cocina en el hostal, vimos que entraba mucha gente, incluso un chino nos pregunto si estaba ocupado, por lo que a nosotros nos extraño mucho todo eso, teníamos que resolver el misterio de esa puerta pero no seria hoy.

Hoy lo que tocaba a la noche era ir a el ayuntamiento de Viena y que era el festival de cine y ver en una pantalla gigante un concierto de Eric Clapton mientras disfrutamos de la calurosa noche.

El día siguiente en Viena no fue mas que ver toda la ciudad de arriba a abajo, los monumentos emblemáticos, visitar el palacio de Hofburg, comer un Kebab todo guarro y alguna cerveza también se dejo beber, la verdad que no me apasiono mucho esta ciudad, una ciudad con mucho tono blanco y gris que por lo menos para mi a la noche gana en belleza.

Ya cenando a la noche en el hostal conocimos a una pareja de valencianos, hablando nos contaron todo el interrail que hicieron, y vimos mas gente entrar en la habitación misteriosa, después de cenar fuimos a un bar a tomar una cerveza relajadamente, tras los precios de Praga aquí las cervezas se hacen dolorosas…

Tomando la cerveza en la terraza se nos acerco un Egipcio a hablar con nosotros, hablaba super rápido u era  muy hiperactivo, según el era porque se había fumado un porro… así que no me lo quiero imaginar de normal, nos estuvo preguntando sobre nuestras vidas, nuestro viaje, sobre España, también nos contó su vida y escribió nuestro nombre en Egipcio, se quedo un par de horas en las que solo hablaba el.

Al llegar en la recepción del hostal como los valencianos también estaban mosqueados con la habitación misteriosa decidimos preguntar en recepción que había en esa habitación, junto a la chica de recepción estaba el chino que habíamos visto entrar.

La chica de recepción extrañada miro en el ordenador y tras ver que había dos brasileñas nos contesto «ahaa, ya lo entiendo…» el chino se puso rojo, rojo y dijo que no sabia nada, resulta que chicos iban a esa habitación a lo que iban.

Bueno ya era hora de dormir que mañana nos despedíamos de Viena.

Salzburgo

Pequeña ciudad conocida por ser la localidad natal de Mozart y también  el tío que se tiro desde la estratosfera con RedBull, aunque su tamaño no es muy grande es una ciudad bonita y acogedora, con un castillo en lo alto y rodeada de montañas impresionantes.

Solo pasaríamos un día y una noche, pero la ciudad ya prometía mucho, y todo gracias a un nuevo compañero que entro en la habitación.

Su nombre era Maikel, media como metro noventa, bastante corpulento, rapado y con barba. Entero vestido de negro con una camiseta de un grupo de death metal, su entrada en la habitación no paso desapercibida y mas teniendo en cuenta que estaba borracho.

 

Empezó a hablarnos como si nos conociera de toda la vida, era de EEUU, Texas y venia del mayor festival de Metal de el mundo, el Wacken festival, así que se apunto a ver la ciudad con nosotros, siempre con una cerveza en la mano, cogió una camiseta usada, mientras la olía dijo «mmm huele a metal» se la puso y nos fuimos.

Lo primero que hicimos fue entrar a ver el castillo de Salzburgo, con unas vistas impresionantes de la ciudad, dentro había un museo de marionetas y una de muestra para controlarla, Maikel la cogió y empezó a hacerla bailar mientras gritaba cantando frente a toda la gente presente «Alcohooool alcohoooool alcohoooooo, hemooooos venido a emborracharnosssss»(nos contó que esta aprendiendo esa canción en todos los idiomas), las miradas que recibió no fueron pocas, también se emociono viendo los instrumentos de tortura, todo lo que decía era chorrada tras chorrada y te reías de lo mal que estaba de la cabeza, vamos que le faltaba una vuelta más.

Pillamos unas cervezas y cenamos en un parque, pasaron unas chavalillas que no creo que tendrían mas de 22 años y Maikel fue rápido a avasallarlas con sus increíbles técnicas, después de decirle que eran crías, decía cosas como «ya se, esta mal… pero esta bien, yo bad person», lo de bad person lo repetía después de cada chiste sin ética alguna.

Ya en el hostel, la tarde noche se baño en cervezas, solo se que nos quedamos los 4 solos hablando con el recepcionista del hostal que era de nuestra edad, en la terraza, jugando a que ellos tenían que hablar español y nosotros ingles, y sino había que beber, terminamos la noche entre muchas risas. Nos fuimos a dormir pero Maikel y el recepcionista se fueron de fiesta, una lastima no irnos también, pero al día siguiente teníamos que mover ficha a otra ciudad muy temprano.

 

Fussen

Antes de llegar a Múnich no podía faltar una visitilla a este lugar, como no para visitar el mítico castillo de Neuschwanstein que supuestamente inspiro el castillo de Disney y que también nos contaron en Praga que su catedral inspiro las torres de este castillo, una pena que cuando fuimos una parte de la fachada estaba en obras.

Hay estábamos pasando uno de los días de mayor calor, en una cola eterna para comprar las entradas al castillo y rodeado casi únicamente por gente asiática, por que no se que tendrá este castillo pero el 85% de los turistas aquí son asiáticos.

Después de andar por esos caminos rebosantes de naturaleza y ver otro de los castillos, ese precioso lago a los pies del castillo nos incito a bañarnos, eso si, en calzoncillos a lo sexy que se nos olvido el bañador.

Teníamos que subir a el puente donde todo el mundo se saca una foto desde arriba con el castillo, para subir fuimos por el camino mas largo y prohibido para peatones, por el que pasaban los autobuses, una vez en el puente decidimos seguir escalando para tener unas vistas mejores, especial mención a todas las piedras apiladas a la orilla de un riachuelo, precioso.

Ya después de una eterna espera y oliendo a choto por toda la escalada… nos tocaba entrar en el mítico castillo… menuda mierda de visita de 10 minutos todo rápida, tanta espera todo el día para que terminen rapidísimo y te quedes con cara de tonto.

Menos mal que el entorno y todas las preciosas vistas, valen bastante la pena… Esperando el tren a Múnich recibimos un mensaje de los Sevillanos de Amsterdam, contándonos que estaban encerrados en un calabozo en Berlín tras ser perseguidos por la policía por el metro de la ciudad.

Múnich:

De camino a Múnich íbamos mirando hostel ya que aun no teníamos ningún escogido, al final fuimos a uno con el ambiente mas festivo de todos los que vimos, eso si mas caro, unos 24 euros la noche para dos días y en el siguiente hostal 19, como ya era de noche solo bebimos una cerveza y cenar en un KFC, por variar un poco de la pasta y de los sándwich de embutido, todo el personal de ese hostel hablaba Español.

La primera mañana la aprovechamos para hacer un paseo de reconocimiento por el centro de Múnich, fuimos a un parque que parecía no tener fin, en un río la gente se ponía a hacer.. ¡Surf! todo el mundo estaba bañándose en el río como si de una playa se tratase, no pudimos ver el final de el parque ya que nos quedamos atrapados en lo que llaman biergarten, que son mesas de sidrerías y cervezas al aire libre en pleno parque.

Después de comer malamente tocaba uno de esos momentos mágicos del interrail, llevar la ropa a lavar y matar el tiempo de cualquier forma, a la noche teníamos que ir a cenar así que nos teníamos que vestir de la manera mas decente, el lugar al que fuimos a cenar fue la mítica cervecería de Múnich, la Hofbrauhaus, con sus mesas de sidrería y una orquesta bávara de fondo, por lo que la cena fue una Bratwurst y una jarra de cerveza tostada de 1 litro, se sentaron a nuestro lado dos hombres que parecían los típicos obreros, sin nosotros saber Alemán y ellos sin saber ingles, como buenamente pudieron, nos aconsejaron que platos comer y pudimos brindar con ellos.

Después de cenar, Héctor llamo a un amigo que vivía en Múnich, era profesor de break dance, hablaba un poco Español, para nuestra sorpresa nos llevo a la Pacha de Múnich, la entrada era barata(5 €) pero para los cubatas de dentro tenias que donar tus órganos(17 €), así que visto el precio salimos fuera, el chico de Múnich llamo a un servicio que te traen la bebida, hielos, vasos y mas cosas para montarte tu botellón donde estés, salía a unos 20 euros en total, vino en furgoneta, nos dio las cosas y se fue, después ya volveríamos a entrar a la Pacha donde consumimos solo una cerveza por 5 €, ya cenicientos, nuestra llegada al hostal fue bastante ruidosa y ya en la cama estuvimos sin exagerar como 30-45 minutos con una risa muy tonta por los ronquidos de los compañeros de habitación y sacándonos fotos con un americano borde que estaba durmiendo.

Hoy nos tocaba cambiarnos a otro hostal y en nuestra habitación había alguien mas pero no lo vimos en todo el día, fuimos a un free tour de estos, las dos veces dimos 5 euros de propina cada uno, el guía que nos toco fue buenísimo, nos explico toda la historia de la ciudad, de la iglesia famosa de la ciudad, muchos edificios, cosas de el nazismo, sitios donde estuvo Hitler, muuuuchisimas curiosidades, vimos el reloj de el ayuntamiento de Munich en acción, el resto de día lo gastamos viendo la zona universitaria y de cerveceo por el centro tranquilamente, este es el primer día que nos llovió en el interrail.

En plena noche mientras estábamos profundamente dormidos, vino nuestro compañero de habitación que no conocíamos, nos despertó uno a uno, sola y únicamente para darnos la bienvenida a la habitación….. a la mañana antes de irnos, como nos habían invitado a una barbacoa en Suiza, en el supermercado compramos una caja de 20 cervezas.

 

Diario Parte 1: >Ver< 

Diario Parte 2: >Ver<

Diario Parte 3: >Ver<

Diario Parte 4: >Ver<

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