De Llanes a Ribadesella: de ruta por Asturias
Siempre que viajamos como mochileros, encontramos pequeños tesoros dentro de españa y alguno de ellos me guasta compartirlo. Hoy nos vamos de ruta por Asturias. Os proponemos un recorrido de Llanes a Ribadesella, muy cerquita de la bella costa asturiana, para conocer algunas de las maravillas que alberga esta zona del norte de España.
Antes de arrancar nuestra ruta de Llanes a Ribadesella, os invitamos a conocer la propia Llanes, una villa costera de gran vocación marinera y capital de uno de los concejos asturianos con mayor tradición turística. En ella podremos encontrar uno de los cascos históricos mejor conservados de toda Asturias.
Si hablamos de Llanes son de visita obligada: la Basílica, el casino, la torre medieval, el paseo de San Pedro, el Palacio del Duque de Estrada, el faro, el puerto, los Cubos de la Memoria, así como otros muchos palacios y casas blasonadas que encontraremos paseando por sus calles y plazas. Tras recorrerla, no tendremos duda alguna de que Llanes es uno de los pueblos más bonitos de Asturias y del norte peninsular.
Nuestro recorrido de Llanes a Ribadesella
Una vez nos hayamos deleitado con todo lo que Llanes tiene para ofrecer al visitante, arrancaremos nuestra ruta de Llanes a Ribadesella adentrándonos en la AS-263. Desde aquí, enlazaremos con el antiguo camino de Poo, cruzando el ferrocarril hacia nuestra izquierda.
En este punto del camino, si os gusta el turismo de playa, no podéis dejar de acercaros a la playa de Poo. Ubicada en la desembocadura del río Vallina, tiene forma de embudo y, cuando la marea sube, forma una piscina natural de agua salada de poca profundidad. Es ideal para disfrutar en familia. El acceso puede realizarse a coche o a pie desde la población de Poo y cuenta con un pequeño parking que, debido a su alta ocupación, no suele ser suficiente para absorber toda la afluencia de visitantes.
Tras esta reconfortante y relajante parada en la playa, continuamos nuestra ruta hacia Ribadesella. Nada más pasar la población de Poo, encontraremos un desvío a la derecha hacia el monasterio de San Salvador de Celorio, bordeando la playa de Palombina. En su origen, el monasterio de San Salvador de Celorio era un pequeño cenobio monástico y no fue habitado hasta el siglo XII. De planta original y torre románica (que podría ser de la misma época que la torre de la Catedral de Oviedo), el monasterio es de estilo románico tardío.
Desde aquí continuamos hacia la localidad de Barru en dirección hasta la Ría de Niembro, para lo cual, tendremos que cruzar un puente. Tomaremos la llamada Cuesta de Niembru junto a la Capilla del Santín y atravesaremos la carretera que encontraremos al oeste hasta llegar al valle.
Una vez allí, tomaremos el camino del mar, pasaremos por Amelladeru y, si descendemos, podremos visitar el Monasterio de San Antolín de Bedón, una joya arquitectónica en la que os recomendamos deteneros y visitar con calma. Si bien no se conoce con exactitud el año de edificación, las primeras noticias que de él existen corresponden al siglo XII. En la actualidad, solo se conserva la iglesia, de estilo románico tardío en transición con el gótico como demuestra el uso de arcos apuntados y bóvedas de crucería en algunos puntos. En general, el monasterio cumple con la política de austeridad y sobriedad decorativa típica de la Orden del Císter. Sus esculturas cumplen, eso sí, un carácter didáctico.
Su planta es basilical, con tres naves a distinta altura, un sistema jerárquico de cubiertas y dos portadas, una de ellas utilizada para comunicar la iglesia con el monasterio propiamente dicho. La portada occidental tiene cinco arquivoltas apuntadas y la cornisa adornada con motivos antropomórficos, animales y vegetales. La portada sur, lateral, es muy similar a la occidental tanto en estructura como en decoración.
Tras la obligatoria parada en el monasterio, cruzaremos el río Bedón del que toma el nombre, seguiremos hasta las poblaciones de Naves y Villahormes. Ahí tomaremos el camino del cementerio y, a la derecha, giraremos hacia La Venta para después continuar hacia el oeste por el Puente Huergo y el camino hacia Nueva.
Saldremos de nuevo por la AS-263 y cruzaremos la autovía por un paso bajo nivel. Así llegaremos hasta Piñeres, donde enlazaremos con la carretera de La Pesa y nos desviaremos a la izquierda para ver otro interesante templo religioso: la iglesia de San Pedro de Pría. Desde allí, el camino desciende hacia La Pesa (población en la que podremos ver varias casonas de finales del XIX y principios del XX) y giraremos hacia la izquierda para enlazar de nuevo con la carretera de Llanes.
La siguiente parada monumental que nos encontramos continuando esta ruta de Llanes a Ribadesella es el Puente medieval del Aguamía. Desde este punto, subiremos hacia La Cereceda, en Cuerres, y cruzaremos la vía del ferrocarril hasta Sobares, Argunadieyu y La Espina.
Cruzando de nuevo la vía del tren, regresaremos a la AS-263 y entraremos en Ribadesella por el barrio del Portellu. Por supuesto, como colofón de esta ruta por Asturias de Llanes a Ribadesella, os recomendamos aprovechar para visitar y conocer esta bella población asturiana.
De Llanes a Ribadesella: dónde dormir
Para realizar en las mejores condiciones esta ruta de Llanes a Ribadesella os recomendamos alojaros en Casa Begoña. Este precioso alojamiento, compuesto por dos apartamentos para entre 3 y 6 personas, se ubica en la población de Poo, lo que lo convierte en el lugar ideal tanto para iniciar la ruta como para disfrutar de unos días de playa en familia.
El establecimiento se encuentra también a apenas un kilómetro de Llanes, localidad a la que se puede acceder caminando tranquilamente. Es también el punto de partida ideal para visitar tanto el Parque Nacional de los Picos de Europa como varias ciudades cercanas, entre las que destacaremos además de la ya citada Ribadesella, las urbes de Oviedo, Gijón y Santander.
En definitiva, un lugar ideal para establecer como nuestra base de operaciones mientras conocemos esta interesante zona del Norte de España.
Jonas & Antu
Somos una dupla de trotamundos, prendados de horizontes desconocidos. Hemos recorrido el mundo como nómadas de morral, y jamás hemos experimentado fatiga al hacerlo. Nos apasiona el placer de desentrañar tierras vírgenes y el éxtasis de sumergirnos en culturas inexploradas. Percibir el viento acariciando nuestro cabello y el sol besando nuestra piel. Atesorar en nuestra memoria lugares, instantes y almas. Somos oriundos de España y El Salvador.